HACIA UNA HISTORIA DE LAS RELIGIONES EN SAN BRUNO
Relator: APOLONIO
TORRES SÁNCHEZ
En algún lugar de San Bruno, el 15 de marzo de 2014
Oriundo del estado de Puebla, me
traslado a este barrio en 1942, a la edad de 35 años, pues nací el 9 de febrero
de 1917. Vine junto con mi familia encabezada por mi esposa Raquel Cortés
Lomelí, a la fecha ya finada.
La razón de mi traslado fue el
trabajo, debido a que en el pueblo se empleaba uno en el campo con un bajo
salario; cuñado de Crisóforo Cortés Lomelí, líder sindical de la fábrica de San
Bruno, encuentro acomodo en este centro de trabajo como albañil, tareas no
sustanciales pero necesarias para reparar daños o evitar males mayores, en la
que conocemos como “la fábrica vieja”.
En ese tiempo se puede decir que
no había problema para entrar a trabajar, no importaba la edad, tampoco el
grado de instrucción, sólo ganas. Y esas fueron precisamente las que me
impulsaron para pedir permiso para aprender en las máquinas, eran los días en
que no entraba uno a aprender en un lugar en específico, sino que aprendía uno
donde hubiera necesidad de manos y brazos.
Por fin llegó la oportunidad de
ocupar una planta, es decir ya era un obrero hecho y derecho, ¿el lugar? Era lo
de menos, sabíamos de todo. Y así fue como entré al área de Acabado en el
tórculo de agua. Ahí era donde se hervía la ropa (les gustan 14 mil metros de
tela para hervirla con vapor), además pasaban por los rodillos que la exprimían
hasta dejarla casi lista.
La mecánica dentro de nuestra
trinchera textil, era cubriendo cada turno dos fabricantes, uno directamente a
la máquina y otro preparando todos los materiales, como el jabón y otros
menjurjes. Por cierto, un trabajador mismo de la factoría, Jesús Gris, era
quien preparaba y le vendía el jabón a la empresa, eran unos llamados tambores
así de grandes.
Cumplí mi tiempo y me jubilé,
dedicándome ya de lleno a la religión siendo en 1984 cuando alcanzo la
distinción de ser Pastor de la Iglesia del Nazareno, dentro de las dos grandes
divisiones de la época moderna ocupo ese grado en el protestantismo.
¿Cuál es la razón de haber
iniciado el relato como obrero de la fábrica? Bueno, en primer lugar demostrar
la querencia al terruño; segundo, establecer que mi única riqueza fue seguir al
Señor.
Cité a don Jesús Gris por haber
sido quien me impulsaba a leer la sagrada escritura. Llegué siendo católico, un
tanto irredento por cosas sucedidas en la iglesia no de mi agrado; es decir, sí
era, pero no era.
¡Y ASÍ COMPRÉ MI PRIMERA
SAGRADA BIBLIA!
…Y fue en la iglesia
Presbiteriana, denominada El Divino Salvador, ubicada en la avenida Revolución
de Xalapa.
Debo reconocer, sin embargo, mi
falta de respeto a la palabra de Dios, pues leía el texto cristiano saboreando
un exquisito cigarro. ¡Eeeh, qué tal! Lo acepto, como cualquier pecador.
Por aquellos días, según
recuerdo, no había templos protestantes en nuestro barrio, había uno más pero en
la calle Julio Rebolledo de Xalapa, de los metodistas que todavía está. Sin faltar
la actual parroquia católica dedicada a San Bruno, creo erigida en 1950.
Pero sobre todo lo dicho es
importante destacar, como lo enseña la Santa Biblia, hay un solo Dios, por
tanto hay una sola religión con su letal inyección de valores por vía
consentida. Las divisiones son de los hombres, recordemos que el protestantismo
no buscó crear otra religión, sino volver a los orígenes que según estimaban
los protestantes habían olvidado los católicos.
Desde que tengo memoria no he
sabido de algún enfrentamiento por motivos religiosos en el Barrio de San
Bruno. No sé a qué se deba, si sea a una falta de fanatismo o bien a que su
raíz se pierde en el tiempo, pues en el ’42 cuando llegué ya coexistían las
profesiones de fe anotadas. No se puede decir que no haya dedicación, baste ver
la nutrida asistencia en fechas santas.
Sí he observado diferencias de
grado, por un lado el catolicismo venera imágenes y nosotros nos pegamos a los
mandamientos donde señala que no debemos hacerlo. Tampoco se adoran santos ya
finados, porque Dios es dios de vivos.
Esa crítica que se le hace a los
católicos que sólo van a la iglesia a ver a las muchachas, es totalmente
insustancial, ya superada, es de risa.
En referencia al comentario del Sr. Apolonio, creo que debe ser un hombre trabajador y que tiene bien merecida su jubilación. En cuanto a sus comentarios sobre religión, me extraña que siendo Pastor, critique a los católicos diciendo que veneramos imágenes y que sólo vamos a ver muchachas a la Iglesia. Señor, usted no tiene derecho a juzgar, burlarse ni descalificar a los creyentes de otras religiones, y me extraña que los administradores de esta página den pie a estas entrevistas con comentarios de este tipo. Saben bien que los habitantes de San Bruno somos en gran mayoría Católicos, y es molesto estar leyendo cosas como esta. Deben ser más serios y objetivos en sus artículos y no caer en la polémica.
ResponderEliminarUna observación que hago a los Administradores de esta página es que sean constantes en subir información, datos, fotografías o testimonios, ya que a veces estos son muy pobres y no fomentan nuestro entusiasmo. También que den respuesta a los comentarios, ya que he hecho algunos y no me han contestado. Soy orgullosamente de San Bruno y por lo tanto quiero ver un material bien hecho, de calidad e interés. Gracias.
ResponderEliminarAntes que nada recibe un saludo cordial. Qué bueno que estás orgulloso de tu barrio. Agradecemos que sigas la publicación. Por otra parte no nos hemos percatado en las respuestas de anónimos quién seas.
ResponderEliminarPor otra parte, los temas van surgiendo en base a la colaboración de quienes desean elaborar la historia de San Bruno, con total apertura. No nos culpes de falta de interés pero la mayoría lo hace desde su punto de vista.
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