Inocencio Castañares
Heliodoro Hernández Trujillo (1901-1988) |
Te has de acordar Esteban, a
ti que te gusta escribir sobre San Bruno. No creas que la foto que está en el
blog representa riqueza nomás porque está de traje, nooooo! Él fue un tipo
austero, no por vocación sino por necesidad. Si hubiera tenido dinero quién sabe qué tanto hubiera hecho.
Él fue un hombre de una sola
pieza, incluso regresando de Puebla de visita a San Bruno, acudió a la casa de
un amigo (omitimos el nombre para no manchar su nombre y el de su familia), con
quien en un momento de la charla surgieron los reproches mutuos, lo que
finiquitó una frase lapidaria de Heliodoro “pero tú sí fuiste chaquetero, yo
no”. Con eso acabó la discusión y tomó el sendero amable que conduce a una
amistad a toda prueba.
Figúrate Aparicio si no era
hombre de ideas firmes, hasta obcecado podríamos decir. Cuando fallece su
esposa, al momento de expirar, le dice clarito “Hasta nunca Paula”, pero no
frunzas el ceño que lo anterior fue producto de que no era una persona de
creencias, sino de convicciones. ¡¡¡ERA ATEO!!!
No sabemos por qué, pero sí
te puedo asegurar que hubo una asociación clara para distinguirse en el
comunismo. Ya sabes que en el comunismo es reiterada la frase “la religión es
el opio del pueblo” y vox populi lo toman como una negación a la religión,
oposición frontal, que como sabes es incierto, la transcripción de Marx y Engels
en el manifiesto comunista es más profunda, más sustancial: sí alejamiento a la
religión si su criterio así se los manda por una profunda transformación cultural,
que no se hagan güeyes.
No es que buscara ser héroe,
simplemente vivió su circunstancia con la tozudez de un hombre íntegro. Sólo
confiaba en lo tangible, en lo visible, en lo palpable.
Si no te creas que se las
vio fácil, o que le llevaron el cargo sindical hasta su casa, hasta llegamos a
saber que en una época anduvo a salto de mata, escondiéndose por los cerros
como cualquier forajido.Qué paradoja, por los
lugares que fueron la última morada de los Mártires del 28 de agosto de 1924.
Ernesto Pacheco, Casimiro Melgarejo,
Heliodoro Hernández, formaron un triunvirato aportando cada uno sus
características personales, encajando perfectamente sus impulsos en el periodo
comunista de la fábrica de San Bruno.
Puro comunismo, a ver cuándo nos regalan algo de la derecha, nomas pa' comparar a ver si fueron mejores los rojos.
ResponderEliminarLos de derecha son bien ratas.
ResponderEliminarjajajajajajajajajajajajajaja.
ResponderEliminarDuro, duro.