El barrio de San Bruno en Xalapa, es una publicación que pongo a su disposición a partir del mes de Septiembre del 2012, con la intención de dar a conocer la riqueza social, cultural e histórica que el barrio de San Bruno brinda no sólo a la Ciudad de Xalapa, sino a todo el estado de Veracruz..
Mención aparte merece la extinta Fábrica de San Bruno, donde se dieron toda una serie de hechos sociales, en los que hoy por hoy constituyen nuestro máximo legado histórico que dieron nuestros obreros textiles; por pocos conocida y ocultada por los intereses trastocados.

domingo, 4 de mayo de 2025

Maples Arce y la Masonería: Rumbo a los 100 Años de la Logia Fraternidad No 11 de Xalapa.

 

Maples Arce y la Masonería: Rumbo a los 100 Años de la Logia Fraternidad No. 11 de Xalapa.

Ignacio Lara Hernández.


Fundada en el año de 1926 en el marco de los ideales racionalistas y reformistas del México posrevolucionario, esta logia fue semillero de figuras clave en la vida política, intelectual y cultural de la región. Entre ellas destaca el nombre del Lic. Manuel Maples Arce, quien fue iniciado como masón en sus columnas el 6 de julio de 1926.

Nacido el 1 de mayo de 1900 en Papantla, Maples Arce, reconocido como fundador del movimiento estridentista, poeta de vanguardia, diplomático y político visionario, alcanzó el grado de Compañero dentro de la logia. Su ingreso coincidió con el de otros dos personajes relevantes: Rufino Jara (posiblemente pariente cercano del entonces gobernador) y Raymundo Mancisidor.

Además de su progreso iniciático, Maples Arce formó parte activa de la vida interna de la logia, ocupando la Comisión de Relaciones, lo cual muestra su compromiso con los principios de fraternidad, justicia y progreso que enarbola la masonería.


Cabe destacar que en esta misma logia también militó uno de los grandes constructores del México moderno: el General Heriberto Jara Corona, gobernador constitucional del estado de Veracruz, promotor de leyes sociales pioneras y figura clave en la institucionalización del Estado laico. Su presencia en la logia Fraternidad No. 11 refuerza la importancia que tuvo esta organización como espacio de pensamiento progresista, enraizado en los valores de la libertad, la igualdad y la educación.

Este hecho adquiere una dimensión especial al considerar que Maples Arce, desde Xalapa, impulsaba por esos mismos años la utopía de una ciudad moderna y vibrante —"Estridentópolis"— donde el arte, la política y la transformación social caminaran juntas. La masonería fue, sin duda, una plataforma desde donde reafirmó su fe en el laicismo, la libertad de pensamiento y el impulso a la cultura.

Hasta ahora, muy pocas personas saben que Manuel Maples Arce fue masón. Esta faceta de su vida permaneció casi oculta, incluso para muchos estudiosos de su obra literaria y política. Su vinculación con la Logia Fraternidad No. 11 de Xalapa, su ascenso al grado de Compañero y su participación en la Comisión de Relaciones revelan una dimensión ética y fraternal que complementa su perfil de vanguardista, funcionario público y pensador revolucionario. Hoy, a casi un siglo de su iniciación, es justo reconocer también esta parte de su legado.

A casi 100 años de su fundación, la Logia Fraternidad No. 11 sigue siendo un referente de trabajo discreto pero constante por una sociedad más justa y solidaria.

 

FRATERNIDAD. Boletín Masónico de la Respetable Logia Simbólica Fraternidad No 11. del Gran Oriente de Jalapa, Veracruz; dependiente de la Gran Lógica Unida Mexicana. Año 1926.

Mi agradecimiento al C. Pablo Lezama Aldana, Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia Unida Mexicana de Libres y Aceptados Masones del Gran Oriente de Veracruz, por facilitarme el boletín del Archivo Histórico de la Logia Fraternidad No 11.

 


sábado, 3 de mayo de 2025

Crisóforo Cortés: un obrero con conciencia en la Xalapa de los albores del siglo XX.

Crisóforo Cortés: un obrero con conciencia en la Xalapa de los albores del siglo XX.

Ignacio Lara Hernández.

En la Xalapa de principios del siglo XX —una ciudad en transformación marcada por el auge de la industria, el despertar de las luchas obreras y la presencia activa de migrantes y pensadores— el nombre de Crisóforo Cortés Martínez destaca como el de un trabajador comprometido con su tiempo. Primero como simple obrero y después como líder de la fábrica textil de San Bruno, su figura representa a esa clase trabajadora que, además del esfuerzo cotidiano, cultivó ideas, se organizó y participó en espacios que aspiraban a la justicia y al progreso social.

Sr. Crisóforo Cortés Martínez.

En el año 1926, Crisóforo aparece registrado como Aprendiz en el cuadro logial de la Respetable Logia Alborada No. 2, una logia masónica integrada por hombres de distintas ocupaciones, entre ellos obreros, comerciantes y profesionistas. La masonería en Xalapa tuvo una importante función educativa y cívica, promoviendo la formación integral del individuo, la fraternidad y el pensamiento libre. Allí compartió espacio con Severino Cortizo, español avecindado en Xalapa, quien figura en ese mismo cuadro como Compañero, y con el profesor Juan Zilli Bernardi, con grado de Maestro.


Cuadro de la Respetable Logia Alborada No. 2

Severino Cortizo, oriundo de Pontevedra, España, había llegado a Xalapa años antes. En 1916, participó como jugador de la Oncena Numancia, equipo conformado por miembros de la colonia española. Ese mismo año, la Oncena Numancia se enfrentó en un partido memorable con la Oncena San Bruno, integrada también en su mayoría por jóvenes españoles, trabajadores de la fábrica textil. No sabemos si hubo otros encuentros entre estos equipos, pero ese partido de 1916 permanece como un registro valioso del surgimiento del futbol y del sentido de comunidad entre los habitantes de Xalapa.

Cortizo también estuvo vinculado a la industria textil, pero en la fábrica Lucas Martín (rebautizada como La Criolla). Su participación como arrendatario, junto con Doroteo Pérez Salmones, habla de su carácter emprendedor, pero también de su vínculo constante con los procesos laborales y sociales de su entorno.

Volviendo a Crisóforo Cortés, su ingreso a la masonería y su trayectoria como trabajador textil reflejan un perfil poco común: el del obrero que no solo trabaja, sino que piensa, se educa y se organiza. Su pertenencia a la Logia Alborada No. 2 en 1926 lo inscribe en una generación de trabajadores que, tras los conflictos laborales de la década de 1920, buscaban caminos de emancipación cultural e ideológica.

A partir de la década de 1940, y una vez terminado el periodo comunista del sindicato, Crisóforo Cortés se consolidó como líder indiscutible en San Bruno, un cargo que asumió con dedicación y en el que continuó promoviendo los derechos y la organización de los trabajadores textiles en la región. Su figura fue clave en la construcción de una conciencia colectiva entre los obreros, impulsando la justicia social y mejores condiciones laborales para sus compañeros.

El hecho de que un obrero como Crisóforo Cortés se haya enrolado en la masonería y compartido espacios con personajes como Juan Zilli Bernardi —reconocido intelectual, profesor y miembro de la élite cultural de Xalapa— nos habla de un momento particular en la historia social de México en el que ciertos sectores obreros comenzaron a romper las barreras tradicionales del clasismo y del acceso al conocimiento.

Crisóforo no fue un obrero cualquiera: fue parte de esa minoría lúcida y autodidacta que, a través del trabajo, el esfuerzo personal y la inquietud por la educación, buscó elevarse y transformar su entorno. Su ingreso a la Logia Alborada No. 2 demuestra no solo su capacidad intelectual, sino también la permeabilidad ideológica que ciertas organizaciones como la masonería ofrecían a quienes, independientemente de su origen social, mostraban compromiso con los ideales de libertad, igualdad y fraternidad.

En una ciudad como Xalapa, donde coexistían el pensamiento liberal, los movimientos obreros y las instituciones académicas, casos como el de Crisóforo revelan un cruce interesante entre el mundo popular y el mundo ilustrado. Es posible que su participación en la logia no solo le haya permitido acceder a redes de pensamiento progresista, sino también ganar legitimidad como líder obrero con visión cívica y educativa, un perfil muy distinto al del agitador circunstancial.

En ese sentido, tratar con "señorones" como Zilli, Severino Cortizo y otros no fue un privilegio casual, sino una conquista personal e ideológica. Crisóforo representa al obrero que se levanta no solo en términos laborales, sino también en el plano simbólico: el que exige su lugar en los espacios donde se discute y se define el rumbo de la sociedad.

Procesión fúnebre del Sr. Crisóforo Cortés.

Crisóforo Cortés murió el 7 de enero de 1951 en la zona de Orizaba, dejando un legado que perduró más allá de su vida. Hoy, al recuperar la historia del Barrio de San Bruno y su gente, vale la pena destacar a Crisóforo Cortés como parte de esa memoria obrera activa y silenciosa. No figura entre los caídos del 28 de agosto de 1924 (aunque fue sepultado junto a ellos), pero su nombre nos recuerda que también hubo quienes, desde la discreción y la formación intelectual, aportaron a los ideales que guiaron la lucha de los Mártires de San Bruno.

Crisóforo Cortés fue más que un obrero: fue un hombre con conciencia.


FRATERNIDAD. Boletín Masónico de la Respetable Logia Simbólica Fraternidad No 11. del Gran Oriente de Jalapa, Veracruz; dependiente de la la Gran Lógica Unida Mexicana. Año 1926.

Mi agradecimiento al C. Pablo Lezama Aldana, Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia Unida Mexicana de Libres y Aceptados Masones del Gran Oriente de Veracruz, por facilitarme el boletín del Archivo Histórico de la Logia Fraternidad No 11. 

viernes, 2 de mayo de 2025

Victoriano Tobalina Ortiz: De Numancia a la Respetable Logia Regeneración No. 4

 

Victoriano Tobalina Ortiz: De Numancia a la Respetable Logia Regeneración No. 4.

Ignacio Lara Hernández.

Entre las múltiples historias que entretejen el devenir del Barrio de San Bruno en Xalapa, destaca la del ciudadano español Victoriano Tobalina Ortiz, quien encontró en tierras veracruzanas un espacio para desarrollarse, participar en la vida pública y, finalmente, integrarse a la masonería como miembro de la "Respetable Logia Regeneración No. 4".

Una fotografía de 1916 lo muestra como joven deportista de 17 años, integrante del equipo de fútbol Numancia, que disputó un memorable encuentro frente al representativo de San Bruno en el campo del Molino de Pedreguera, emblemático espacio de convivencia en nuestro barrio. Esta imagen revela la temprana inserción de Tobalina en la dinámica social de Xalapa.


Victoriano Tobalina Ortiz

Años después, en 1933, se le expidió su cartilla de migración a los 34 años de edad, formalizando así su residencia en México en un periodo en que numerosos ciudadanos españoles huían de las tensiones políticas de la península o buscaban nuevas oportunidades en América.



Finalmente, su nombre aparece en el cuadro logial de la "Respetable  Logia  Regeneración No. 4" con sede en la ciudad de Xalapa, lo que indica no solo su integración formal al quehacer masónico, sino también su compromiso con los principios del libre pensamiento, la justicia social y el perfeccionamiento del ser humano.



Estos documentos —una fotografía deportiva, una cartilla migratoria y un registro masónico— nos permiten seguir la huella de un hombre que, como tantos otros, contribuyó a enriquecer la vida cultural y simbólica de Veracruz. 


FRATERNIDAD. Boletín Masónico de la Respetable Logia Simbólica Fraternidad No 11. del Gran Oriente de Jalapa, Veracruz; dependiente de la la Gran Lógica Unida Mexicana. Año 1926.

Mi agradecimiento al C. Pablo Lezama Aldana, Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia Unida Mexicana de Libres y Aceptados Masones del Gran Oriente de Veracruz, por facilitarme el boletín del Archivo Histórico de la Logia Fraternidad No 11. 


domingo, 2 de febrero de 2025

Oncena Numancia y Oncena San Bruno: El Legado Deportivo y Social de Xalapa

Ignacio Lara Hernández.

En el año 1916, junto a la histórica hacienda "Molino de Pedreguera", un campo llanero acondicionado para la ocasión fue testigo de un vibrante encuentro de fútbol: la "Oncena San Bruno" de la Zaldo Hermanos y Cia.  contra la "Oncena Numancia" que albergaba a los mejores jugadores de la comunidad española en Xalapa.  

El campo de la antigua hacienda fue el escenario de este enfrentamiento, donde la herencia española y el amor por el fútbol se entrelazaron, dejando una marca indeleble en la historia deportiva de la región. Este partido, más que una simple contienda, se convirtió en un símbolo de la perseverancia y la camaradería entre estos jóvenes españoles que buscaban, en el juego, un espacio de unión y orgullo, sin pensar que, con este simple y único hecho, introducían actividades como el fútbol, que tuvieron un impacto duradero en la sociedad xalapeña y que marcaron el inicio de este deporte en la región, convirtiéndose en un punto de encuentro para la comunidad local.

1]Desde 1908, por lo menos, el futbol se jugaba entre “golpes, empujones y patadas”, sin tácticas ni técnicas, en unos improvisados terrenos cercanos al malecón, ganados al mar durante las obras del puerto inauguradas seis años antes. Ese año los hermanos Ángel y Mariano Rivera Mingo y Bernardo y Juan Casanueva Balsa, hijos de acaudalados comerciantes españoles, regresaron a Veracruz, su ciudad natal, luego de haber estudiado unos años en Europa (Inglaterra, Suiza y España), donde habían conocido y practicado el balompié, pues éste, entre otros deportes, formaba parte de la educación impartida en la mayoría de los colegios del Viejo Mundo. De inmediato los hermanos Rivera y Casanueva promovieron el singular juego entre los empleados de las casas Zaldo y Balsa, donde aquéllos se incorporaron a trabajar, respectivamente

Este impulso al fútbol tuvo un impacto duradero en la sociedad veracruzana y marcó el inicio de este deporte. La Oncena San Bruno, perteneciente a la Compañía Zaldo, destaca como uno de los equipos formados en esta época, consolidando el fútbol como un punto de encuentro y camaradería para la región de Xalapa.

Y es que los españoles que llegaron a México, especialmente en los siglos XIX y XX, jugaron un papel crucial en diversos aspectos de la vida económica, social y cultural del país. En el caso específico de Xalapa y la Fábrica de San Bruno, su importancia es enorme, pues contribuyeron a modernizar los procesos productivos y a establecer dinámicas laborales que influyeron en el desarrollo económico del estado de Veracruz.

Por otra parte, muchos de los hombres que integraron estas dos "oncenas" y que lucen todavía muy jóvenes en las fotografías, con el tiempo se convirtieron en pilares importantes de la sociedad xalapeña y del estado de Veracruz, alcanzando puestos clave en diversos ámbitos, desde la política hasta el comercio y la cultura. Algunos de ellos jugaron un papel en la organización y gestión de los trabajadores. Sin embargo, también enfrentaron movimientos laborales que exigían mejores condiciones de trabajo, un capítulo importante en la historia obrera de Xalapa y de nuestro país.

No podemos olvidar a las hermosas madrinas que, con su elegancia y simpatía, acompañaban a los jugadores. Las madrinas, con su presencia, sumaban un toque de distinción a las jornadas deportivas, creando un vínculo emocional entre los jugadores y la comunidad. Su rol era esencial, ofreciendo una dosis de motivación y de orgullo, que iba más allá de los goles y las victorias.

Sin duda alguna, estas mujeres se convirtieron en pilares de muchas familias. Madres amorosas que, con su dedicación y fortaleza, moldearon a las futuras generaciones de nuestra hermosa ciudad de Xalapa.







Ahora, haciendo uso de la magia de la IA (Inteligencia Artificial), le pedimos que relate una jugada de gol con la que nos transportaremos a este imaginario instante del pasado.

Un Encuentro Épico en el Molino de Pedreguera.

Al medio día el campo llanero se iluminaba con la intensa luz del sol. A un lado de la hacienda Molino de Pedreguera, cerca de la bulliciosa Xalapa, se enfrentaban dos oncenas conformadas por inmigrantes españoles: Numancia y San Bruno. Las gradas, improvisadas con troncos y ramas, estaban repletas de aficionados que ondeaban banderas y coreaban cánticos.

Entre las espectadoras destacaban las madrinas. Ventura Palenque, Gabriela Cuspinera y Petra Rueda, por parte de San Bruno, eran la envidia de muchas. Sus vestidos coloridos y sombreros adornados con flores contrastaban con la rusticidad del lugar. Del lado de Numancia, Carmen Sierra, Amalia Castagne y María del Carmen Negrete no se quedaban atrás, luciendo igual de elegantes y apasionadas.

El balón, un cuero cosido a mano, era pateado con fuerza por los jugadores. Víctoriano Tobalina, Félix García y Genaro Yáñez, de Numancia, desplegaban un juego vistoso y técnico. Pero San Bruno no se quedaba atrás. José Medina, Simón Conde y el temible "Kayser" Ricardo Rodríguez, con su habilidad innata para driblar, mantenían a raya a sus rivales.

El partido era una lucha constante por el dominio del mediocampo. Cada jugada era celebrada con efusividad y cada falta protestada con vehemencia. Las madrinas, desde sus lugares privilegiados, incitaban a sus equipos con gritos y aplausos.

Y llegó el momento cumbre. Un balón largo, preciso como un flechazo, encontró a Ricardo Rodríguez desmarcado en el área. Su hermano José, guardameta de San Bruno, observaba la jugada con una mezcla de esperanza y temor. Severino Cortizo, de Numancia, intentó frenar la arremetida de Ricardo con una barrida desesperada, pero fue en vano. El balón se coló en la red, desatando una euforia indescriptible.

Ricardo corrió hacia su hermano José; ambos se unieron en un abrazo cargado de emoción. Sus compañeros los rodearon entre gritos de alegría. Las madrinas de San Bruno saltaron entusiasmadas, mientras que las de Numancia, aunque desconsoladas, no pudieron evitar reconocer la belleza de ese gol.

Al final del partido, los jugadores se reunieron en el centro del campo, extenuados pero felices. Habían dejado todo en la cancha, demostrando que el fútbol era mucho más que un simple juego: era una pasión que los unía, una forma de expresar su identidad y de sentirse parte de una comunidad.

Escudos inspirados en Inteligencia Artificial.

ACLARACIÓN: Es importante señalar que lo anterior es una recreación ficticia, producto de la imaginación, que busca transportarnos a un instante histórico y evocador de cómo pudo haber sido un enfrentamiento entre estas legendarias oncenas.


Fuentes: 1] Personajes populares de Veracruz. Luis de la Fuente, El Pirata. Futbolista que se hizo leyenda. Horacio Guadarrama Olivera / coord. y pról. de Félix Báez-Jorge ; ed. de la Comisión Organizadora del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave para la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana. – México : Gobierno del Estado de Veracruz, Secretaría de Educación del Estado de Veracruz, Universidad Veracruzana, 2010

IA.- Chat GPT.

Las fotografías que ilustran este artículo han sido generosamente proporcionadas por un colaborador del Blog del Barrio de San Bruno en Xalapa.  

 





sábado, 9 de noviembre de 2024

Cien años de historia: La voz de San Bruno resuena de nuevo.

 Himno a los “Mártires del 28 de Agosto de 1924”.

Ignacio Lara Hernández.


En el corazón de Xalapa, entre los recuerdos y las luchas que forjaron al barrio de San Bruno, el 28 de agosto de 2024 fue una fecha especial. Ese día, en el marco del Centenario Luctuoso un momento cargado de historia y respeto tuvo lugar en la exfábrica de San Bruno: el himno a los “Mártires del 28 de Agosto de 1924” fue interpretado por el coro de la Universidad Veracruzana. Pero esta interpretación fue el resultado de un proceso lleno de anécdotas, emociones y conexiones inesperadas que han unido generaciones.

Recordemos que hace algunos años la letra del himno fue recuperado de los archivos de algunos habitantes del barrio, pero su música ya no la hemos podido ubicar. El que se interpretara el himno en el evento luctuoso, fue una solicitud de los vecinos y contó con la aprobación inmediata por parte del Secretario Académico, el maestro Juan Ortíz Escamilla, quien llevaba indicaciones precisas del Rector de la Universidad Veracruzana, el Dr. Martín G. Aguilar Sánchez, de apoyar y sumarse a las actividades dentro del marco del aniversario luctuoso.

Días antes del centenario, recibí una llamada del maestro Arturo Castillo García. La Universidad Veracruzana le había encargado hacer el arreglo oficial del himno, pero había un detalle: el audio y video de referencia no tenían el ritmo ni la entonación correctos. Con humildad y gran amabilidad, el maestro Castillo me pidió que le interpretara la tonada para poder capturar su esencia. La preocupación se notaba en su voz, ya que faltaban pocos días para el centenario luctuoso y aún no había podido escribir nada. Tomé una guitarra, un regalo de mi tío ya fallecido, y con esa herramienta cargada de memorias familiares le canté el himno a través del teléfono, haciendo a un lado la pena de mi corta voz.

El maestro Arturo, elocuente y cordial, me escuchó atentamente. Su conexión con el barrio de San Bruno era mayor de lo que esperaba: en sus palabras, recordaba las múltiples veces en que ensayó en el antiguo edificio sindical, en aquellos días en que la música en San Bruno vibraba bajo la dirección del inolvidable maestro Mateo Oliva, una leyenda en todo Veracruz. Pues recordemos que la orquesta de música popular rentó por muchos años uno de los salones de ese edificio. Así que al saber que nuestro barrio y su historia eran tan familiares para él me dio una gran tranquilidad, porque comprendía el valor simbólico de este himno.

Al finalizar nuestra llamada, el maestro Arturo me preguntó quién era el autor de la pieza, y le respondí que era anónimo, una obra sin dueño pero con una resonancia que pertenecía a todos. Le di libertad total para realizar los arreglos que considerara correctos, sabiendo que quedarían para siempre como el arreglo oficial del himno

El 28 de agosto del 2024, cuando el coro de la Universidad Veracruzana entonó el himno frente a la exfábrica de San Bruno, las voces se elevaron como un tributo eterno a los “Mártires del 28 de Agosto de 1924”. La música fue el eco de sus sacrificios y, al mismo tiempo, un puente entre generaciones.

Han transcurrido ya más de dos meses del Centenario Luctuoso y el 4 de noviembre pasado, recibimos el arreglo oficial del himno en uno de los edificios de Rectoría en Xalapa, fue un momento sencillo pero profundo. El himno que tantos esperábamos escuchar nuevamente, había encontrado su forma definitiva.

Lo que comenzó con una reunión con maestros y maestras de la Universidad Veracruzana y una llamada telefónica, se transformó en un homenaje poderoso para el barrio de San Bruno y su historia, asegurando que el espíritu de esos mártires, de nuestros antepasados y de nuestra comunidad, perdure por siempre.





sábado, 2 de noviembre de 2024

"Don Paco y Don José Rodríguez Fano: La Realidad Detrás del Personaje en Mezclilla".

Fragmento de Mezclilla de Francisco Sarquís.

"Daban las seis; los obreros apiñados atravesaban el portal de la fábrica y dirigían sus pasos al reluciente salón de sesiones. Siempre los habían llamado así. Hacía mucho tiempo que servía para eso, aunque raras veces se abría, pero ahora, desde que los nuevos amigos habían llegado, todo cambiaba, hasta don Francisco, el flaco “gachupín”, trocaba su neurastenia en carcajadas ruidosas y en continuas guasas. Era el administrador, servidor directo del capitalismo, pero le gustaba oír a esos muchachos alegres que transformaban en algarabía estruendosa la vieja quietud de la fábrica. Él estaba con ellos, pero respondía ante la Compañía Caldo Hermanos de la buena marcha de la fábrica. ¿Y qué? La fábrica marchaba bien. Él cumplía. Primero lo vieron con malos ojos, pero la duda se disipó en los espíritus francamente inhostiles. Y don Paco fue más querido que antes.
Los antiguos miembros del GOC observaron con extrañeza la anomalía de don Francisco. ¿Era un espía? ¿Un farsante? O sinceramente sentía lo mismo que ellos. Pero al ver el buen trato, las insinuaciones de aliento, los propósitos de fe, los obreros de San Blas llegaron a la conclusión que el “gachupín” también era de los suyos". PP. 79 y 80

La realidad detrás de don Paco.

En la novela Mezclilla de José Sarquís, el personaje don Paco parece ser solo un administrador español, un “gachupín” con fama de neurótico. Sin embargo, aquellos familiarizados con la historia local reconocerán en él a una figura real: don José Rodríguez Fano, uno de los nombres ligados a las fábricas y al movimiento obrero de nuestro barrio, San Bruno.

Este fragmento en Mezclilla nos transporta a una época crucial para la clase trabajadora, donde los obreros, con sus miradas desconfiadas pero llenas de esperanza, iban transformando los espacios y relaciones en la fábrica. La historia recrea el momento en que “los nuevos amigos” llegan y convierten el rígido salón de sesiones en un lugar de algarabía y esperanza, y como poco a poco, don Francisco, o en realidad don José Rodríguez Fano, empieza a mezclarse entre ellos.

Rodríguez Fano, como otros administradores, tenía la responsabilidad de responder ante los dueños de la Compañía Caldo Hermanos. Sin embargo, algo en la energía y la fe de los trabajadores fue haciendo mella en su carácter. En lugar de ser una figura de distancia y recelo, comenzó a ser visto con simpatía e incluso como uno de “los suyos”, un cambio que hizo que su imagen de administrador capitalista tomara un tono más humano y empático ante los ojos de los trabajadores de San Blas.

Don José Rodríguez Fano (al centro y de traje).



La transformación de Rodríguez Fano en don Paco en Mezclilla no solo añade una capa de realismo a la novela, sino que también rescata la historia de una figura que formó parte de la comunidad obrera. Es una mirada que nos recuerda cómo la literatura puede entrelazar ficción y realidad, creando personajes que no solo nos narran una historia, sino que nos ayudan a comprender mejor el pasado de lugares como el barrio de San Bruno, con sus luchas, sus mártires y sus transformaciones.

¿Quién era realmente don José Rodríguez Fano? Tal vez nunca sepamos todo de su vida o intenciones. Pero Mezclilla nos da una pincelada de cómo el trabajo, las alianzas y la fraternidad en la fábrica fueron creando un sentido de unidad, uno que quizás aún vive en la memoria de aquellos que recuerdan estos relatos.





domingo, 6 de octubre de 2024

Una Historia de Valentía y Resiliencia en San Bruno: Ricardo Sánchez Esparza y el Legado de su Abuela.

En el corazón del Barrio de San Bruno, las historias de lucha y resistencia se entrelazan con los recuerdos de generaciones. Hoy quiero compartirles una de esas historias, la de nuestro querido vecino y amigo, Ricardo Sánchez Esparza, cuya vida está marcada por el legado de sus abuelos, quienes enfrentaron tiempos difíciles con gran valentía.

Enrique Vásquez, el primer esposo de la abuela de Ricardo, fue uno de los obreros asesinados durante la fatídica manifestación del 18 de marzo de 1931 en Xalapa. Aquel día, los trabajadores textiles alzaron sus voces por mejores condiciones laborales, pero la represión no tardó en hacerse presente. Enrique fue uno de los dos obreros que perdieron la vida en esos trágicos eventos, dejando atrás a su esposa y dos hijas en la orfandad.

A pesar del dolor, su abuela no se dejó vencer. El sindicato textilero de San Bruno, reconociendo su situación, le otorgó la plaza que ocupaba Enrique en la fábrica, permitiéndole sacar adelante a sus hijas. Con una fuerza inquebrantable, continuó trabajando y más adelante, en la misma fábrica, conoció a Francisco Esparza, otro obrero comprometido. Juntos formaron una nueva familia, y Francisco se convirtió en el abuelo de Ricardo Sánchez Esparza.

Hoy, Ricardo no solo es parte activa de nuestra comunidad, sino que también encabeza, junto a otros vecinos, la organización de eventos emblemáticos como la "Carrera Atlética de San Bruno" y la de "Los Mártires del 28 de Agosto de 1924", que se han convertido en una tradición del barrio. La historia de su familia es un testimonio vivo de la resistencia y la unidad que caracteriza a San Bruno. Es un recordatorio de cómo nuestras raíces y el esfuerzo de nuestros antepasados siguen presentes en nuestras vidas.

¡Gracias, Ricardo, por compartir esta historia tan especial con todos nosotros y por continuar fortaleciendo el espíritu de nuestro querido barrio de San Bruno!


Nuestro agradecimiento al maestro Ángel Rafael Martínez Alarcón por el video y la entrevista realizada a nuestro vecino Ricardo Sánchez Esparza el día 28 de agosto del 2024.