El barrio de San Bruno en Xalapa, es una publicación que pongo a su disposición a partir del mes de Septiembre del 2012, con la intención de dar a conocer la riqueza social, cultural e histórica que el barrio de San Bruno brinda no sólo a la Ciudad de Xalapa, sino a todo el estado de Veracruz..
Mención aparte merece la extinta Fábrica de San Bruno, donde se dieron toda una serie de hechos sociales, en los que hoy por hoy constituyen nuestro máximo legado histórico que dieron nuestros obreros textiles; por pocos conocida y ocultada por los intereses trastocados.

martes, 7 de marzo de 2017

Un consejo para San Bruno.

Jorge Flores Martínez.

Un Consejo para San Bruno. (Primera parte de 4)

Para iniciar, lo primero que debo aclarar es mi interés en estas ruinas que se dicen históricas, parte importante de la ciudad y esencia casi mística de un barrio de Xalapa.

El 20 de abril de 2014, aunque no es relevante, debo precisar que era mi cumpleaños y en los primeros minutos del día abrí mi Facebook, encontrándome con una invitación para conocer las instalaciones de lo que en su momento fue la Fábrica de Hilados y Tejidos de San Bruno, ya que un grupo de vecinos había recuperado el espacio de delincuentes que, en fechas recientes habían desmantelado gran parte de la construcción y que además ocupaban dicho lugar como guarida para sus desmanes. La invitación estaba enmarcada con una foto de un equipo de béisbol de los empleados de la fábrica fechada en 1933, en la que además aparecía sentado de manera especial mi bisabuelo don José Rodríguez Fano quien, en ese entonces, era el gerente de la mencionada fábrica.

Sr. José Rodríguez Fano (al centro y de traje), Gerente de la Fábrica de San Bruno (1937).

El solo hecho que mi bisabuelo apareciera en la foto guardaba un significado especial para mí, de alguna manera gran parte de las anécdotas de la familia tenían como escenario la fábrica. Vinieron a mi mente cientos de recuerdos de mis abuelos, mi padre y mis tíos donde siempre con gran cariño y afecto se referían a San Bruno, sin olvidar mencionar que mi bisabuela, doña Ana Villegas de Rodríguez, era vecina y originaria por varias generaciones de esos parajes, distantes y aparte de Xalapa en esos tiempos.

Mi abuela paterna, doña Consuelo Rodríguez de Flores, siempre que tenía ocasión nos platicaba algún recuerdo de San Bruno, tengo presente cuando con algo de molestia nos platicaba la vez que el abuelo de Miguel Alemán Velasco entró a la fábrica a robar en épocas de la Revolución y tuvieron a mi bisabuelo con la soga al cuello para que les diera el dinero y la mercancía que tenía a su resguardo como gerente, y siempre con lágrimas en los ojos, no sé si de coraje o de impotencia, terminaba la historia diciendo: “quien los viera ahora, hasta a presidente llegó su hijo”.

Lo anterior fue ocasión para que mis bisabuelos decidieran enviar a un internado a mi abuela, una niña de escasos 6 años, y a su hermano mayor a Gijón, en España, de donde mi bisabuelo era originario. Fue una “corta” estancia de más de 10 años en lo que la violencia y la excitación de la Revolución calmaban sus violentos instintos depredadores por otros más serenos, pero nunca menos depredadores.

Así que, una vez tranquilizados los excitados ánimos de la Revolución, mi abuela regresó ya toda una señorita a la casa familiar; don Pepe, mi bisabuelo, aún era gerente de la Fábrica de San Bruno, y mi abuelo, el doctor Juan Flores Villalobos realizaba constantes visitas a ésta para dar atención a los empleados, ahí la conoció, ya que la presencia de la recién llegada no pudo pasarle desapercibida y de ella solo tenía referencias por algunos empleados de confianza.

Por lo anterior es que me fue imposible dejar de asistir a la invitación que hacían este grupo de vecinos de San Bruno, era irresistible conocer esas instalaciones, a las que solo podía visualizar a través de los recuerdos familiares, que debo reconocer, ya hasta para mí parecían tan solo los recuerdos de recuerdos lejanos.



Me apersoné en la fábrica ese domingo, 20 de abril de 2014, a la hora fijada en la invitación y me presenté como bisnieto de don José Rodríguez; posteriormente, Esteban Aparicio nos dio un recorrido por todas las instalaciones, con una explicación de cada espacio, las funciones que tenían y las personas que habían laborado junto a su padre. Aún recuerdo su emoción al caminar por los restos de la fábrica, el cariño con el que de forma atropellada nos explicaba, él con los ojos cerrados en un intento de imaginarse que no eran ruinas lo que presenciábamos, era la Fábrica de San Bruno en sus mejores momentos.

Una vez terminado el recorrido me presentaron con dos personas de edad que conocieron a mis bisabuelos y, que con gran cariño me decían que habían sido dos bellas personas, siempre preocupadas por todos los empleados; la señora, me indicó perfectamente la ubicación de la casa donde vivió en su infancia mi bisabuela.

Antes de retirarme, tuve ocasión de conocer a Ignacio Lara, a Antonio Contreras y a su padre; de Ignacio me sorprendió y todavía me sorprende, su entrega al barrio y a sus valores, el conocimiento casi de testigo presencial de cada uno de los mártires del 28 de agosto y de todo lo acontecido en esos terribles días; de Antonio Contreras y de su padre me pareció de gran valor su activismo y la visualización que tenían del espacio como elemento vinculador de cultura y de deporte, me señalaban casi como si lo vieran donde estarían las canchas, los talleres culturales y el memorial de los mártires.

Me retiré no sin antes intercambiar teléfonos con todos y les dije que estaba muy emocionado de haber regresado a un lugar en el que nunca había estado, pero que casi podía reconocer. Me comprometí a participar en su esfuerzo de la única manera que sé hacerlo, como arquitecto, con un proyecto conceptual de un espacio dedicado a la cultura y al deporte como una forma de homenaje a los mártires y como elemento de cohesión social del barrio y de la ciudad y porque no, una forma de recordar mis orígenes.

Obtuve los planos de la fábrica de un levantamiento realizado en 1933 y puse manos a la obra con lo prometido, me encerré unos días en el estudio, con detalle y cuidado descifre cada plano, teniendo como referencia fotografías antiguas del lugar. Con el levantamiento de la fábrica antigua listo, procedí a elaborar el modelo en 3d para comprenderlo mejor, era el primer paso para cumplir con el compromiso.

Lo siguiente fue determinar los elementos históricos que permanecerían, para lograr que el proyecto respetara esos vestigios y de ahí intentar aprovechar cada espacio existente con actividades deportivas, culturales, talleres, auditorio y por supuesto, la propuesta de la mejor biblioteca de la ciudad.

Fue durante el proceso de diseño conceptual que encontré la metáfora del proyecto, se trató de una fábrica de hilados y tejidos, ahora sería una fábrica, un espacio formador de ciudadanos, en la que se construya la participación que entendemos, por lo menos en definición como democracia. Sería “La Fábrica”, jamás podrá dejar de serlo, por sus referentes en el barrio, por su constitución como hito de la ciudad, pero sobre todo, porque ahora sería donde se hilarían y tejerían los valores necesarios para formar ciudadanos por medio de la cultura y el deporte.

Ya con el proyecto arquitectónico me presenté en la fábrica y se los expliqué a detalle, siempre reiterando que era conceptual, que solo se trataba de la visión que pude interpretar de sus pláticas y del mismo espacio que la fábrica representaba. No se trataba de un proyecto terminado, es más, ni siquiera era el proyecto arquitectónico formal, tan solo era una idea conceptual con la que iniciar este interminable proceso burocrático.

Lo sucedido después, a pesar de que lo esperaba, reconozco que me llenó de desilusión, el grupo de vecinos se dividió y se conformó en por lo menos dos corrientes, una, que pugnaba por la cohesión ciudadana, por un espacio autogestionado y que casi en automático rechazaban cualquier intervención oficial; y el otro, con su postura de colaboración con las autoridades para la recuperación de la fábrica, para que de esta manera sea un espacio de cohesión del barrio.

Ya comentado lo anterior, la intención será que en las siguientes aportaciones sobre este espacio se expongan las posturas de cada grupo, sus intenciones y visiones, pero sobre todo los puntos de coincidencia, para terminar con una conclusión donde se privilegie la recuperación de la antigua Fábrica de San Bruno en base a estas coincidencias, tanto de posturas como de visión conceptual.


Insisto, en San Bruno solo me motiva lo que expreso en estas líneas; tengo claro que los monumentos al ego requieren mucho más que las tres hectáreas con las que cuenta esta propiedad, solo espero que todos los involucrados estén conscientes que el ego y la vanidad no tienen espacio en estos proyectos, que deben ser de muchos y para todos.


Un Consejo para San Bruno (Segunda parte de 4)


Como lo comenté en la primera parte de esta serie, a pesar que esperaba que el grupo de vecinos de San Bruno se dividiera, esto no fue motivo para desistir de participar en los esfuerzos para proteger la fábrica, reconozco que solo participé con uno de los grupos, pero me justifico con la razón que fueron los únicos que me invitaban constantemente a las reuniones con las autoridades.
Esto fue hasta que recibí un llamado, hace unos días, de Antonio Contreras, en la que me invitaba a escuchar su postura. Le dije que no solo sería escucharlo, se trataría de una especie de entrevista enmarcada en una charla informal; acordamos fecha, hora y el lugar no se discutió, sería en las mismas instalaciones de la fábrica.
Llegué poco antes de la hora acordada y fue cuestión de unos minutos para que Antonio se presentara. El recibimiento fue amistoso, bajó de su vehículo una maqueta del proyecto que tienen para la fábrica, realizado por alumnos de la Facultad de Arquitectura de la UV con vecinos del mismo barrio y lo analizamos en su funcionalidad y alcances. No se lo comenté en ese momento, pero fue un punto que me dio una tranquilidad para la charla, esa maqueta era por su programa arquitectónico, un punto de coincidencia muy importante, después de todo, los dos grupos divididos de vecinos coinciden plenamente en su visión e intención, solo los separan las formas, pero nunca el fondo.
Buscamos un lugar tranquilo y sobre todo donde sentarnos, ya que esta charla prometía ser larga e interesante.
Debo recuperar que Antonio Contreras Rodríguez y su papá forman parte de los miembros originales que convocaron a los vecinos para lo que ellos llaman el rescate de la Fábrica de San Bruno, en abril de 2014, justo en la fecha que relaté en la primera parte de esta serie. Antonio es nieto de un obrero de esta fábrica, licenciado en derecho y por supuesto, vecino del barrio.
—Antonio, ¿cómo ves el espacio de la Fábrica de San Bruno en 10 o 20 años?
—La historia se repite, los obreros luchaban por sus ideales y en algunas ocasiones ganaban y en otras perdían. Ahora es lo mismo, al principio estábamos todos unidos en el barrio y nos dividimos por intereses políticos, económicos o simples antipatías.
Reconozco que si estuviéramos unidos sería otra cosa y no lo que tenemos ahora, un incipiente espacio cultural y deportivo.
A tres años era de esperarse algo más formal, no se ha avanzado. Yo, personalmente, estuve un año al frente de este esfuerzo, sin recursos y pues como ves, aquí juegan 600 niños y jóvenes cada semana, cuando antes posiblemente estaban algunos delinquiendo.
Respondiendo a tu pregunta, en 20 años, si hay vecinos y gobiernos comprometidos, éste será un espacio cultural y deportivo, tal y como lo soñamos.
—¿Cómo lo ves administrado?
—Hasta el día de hoy es y se siente del barrio, todo depende como se defienda la fábrica.
Si se llega a dar la donación por parte del SAE (Servicio de Administración y Enajenación de Bienes) al municipio, ganan ellos, este espacio será 100% institucional y será el barrio el que perderá. Entiendo que se tiene que gestionar institucionalmente, pero yo le pediría a Américo Zuñiga que sea la gente del barrio la que se encargue de la administración a través de un consejo, éste puede ser colegiado con ciudadanos reales e insaculados y el gobierno en sus tres niveles; ahí se verá que se puede hacer.
—¿Cómo se ha administrado hasta la fecha este espacio?
—Al principio fuimos mi papá y yo, compramos las primeras porterías y se abrió para la práctica del fútbol con los niños y jóvenes del barrio. Cuando yo estaba al frente, de esto se obtenían más de cuatro mil pesos mensuales, después con otros a cargo, se sacaban más de 20 mil pesos al mes.
Además del fútbol, te digo que aquí se hizo un museo y diversas actividades culturales. En el barrio no estamos acostumbrados a los lujos, puedes ver que nos acaban de regalar pasto sintético usado y la gente está feliz. No nos interesan las instalaciones de primer mundo, no tenemos prisa.
—Entiendo, pero me estás hablando de una especie de autogestión del espacio por parte de los vecinos. ¿Es así cómo entiendes que se debe administrar este espacio?
—Te aclaro, yo solo estuve al frente de la fábrica por un año, otras personas han estado dos años y en ese tiempo hubo hasta table dance y otro tipo de eventos.
Hubo un baile del Santo Patrono del barrio y funcionó excelente, la iglesia recaudó buen dinero.
—Antonio, permíteme insistir ¿Es así como entiendes este espacio, administrado por los vecinos?
—Cuando en el 2014 abrimos la fábrica, pensaba que era aceptable que el gobierno tomara esta propiedad, ahora con su actitud negativa nos parece inaceptable que sean estas autoridades municipales las que estén a cargo.
El municipio una vez que lo reciba en donación por parte del SAE puede darlo en comodato a los vecinos, al gobierno del estado o a la Universidad Veracruzana. Es más, la misma universidad puede gestionar mucho más fácil recursos federales y hasta internacionales, yo en ellos sí creo.
Américo Zuñiga nos puede incluir en un consejo de administración o lo puede dar en comodato a otra institución; pero si quiero dejar claro, no aceptamos que lo concesione a un particular, eso no está en discusión, no lo aceptamos ni lo aceptaremos nunca.
—En el momento que hablas de un consejo de administración, de alguna forma, estás considerando una administración institucional de este espacio.
—Esta es una zona marginada, falta un dentista, un antropólogo, un arquitecto social, maestros de inglés, etc., todas las carreras caben y la universidad puede ser un efecto de cambio en el barrio.
Para empezar Jorge, cuando vas a construir te preguntan que quieres ¿o no? Pues aquí Américo Zuñiga llegó con su proyectista ya con todo definido y decidido.
Después llegó otro a decirnos que se había concluido que esto sería un espacio para fútbol únicamente, todas las visiones que quería imponer Américo eran muy parciales y limitadas.
—Este espacio tiene que ser cultural, deportivo y social. Me permito rescatar la idea del consejo del barrio, ¿cómo lo conformarías?
—En el municipio van a decir que ni sabemos que queremos y que nada más nos peleamos; pero la postura que debemos tener en el barrio es decirle al municipio, ustedes ponen a quien quieran y nosotros aquí hacemos asambleas y sea así como se integre el consejo.
—Perfecto, pero yo en lo personal no creo en el voto y la elección a plaza abierta, me parece un acto profundamente antidemocrático, por lo que te pregunto ¿este consejo cómo se elegiría por parte del barrio?
Por perifoneo, en la noche se avisa de la convocatoria a los interesados y en una reunión se vota a los integrantes del consejo.
Existen dos o tres grupos aquí en la fábrica o en el barrio, tendrían que estar representados cada uno para poder designar un consejo y por supuesto, establecer políticas que eviten el mayoriteo.
—Vamos a suponer que ya esta integrado el consejo ¿qué quieren?
—Muchos le tienen un gran amor a esta fábrica, otros quieren un trabajo, otros solo los mueve el dinero y algunos tener sus letras en oro en una placa.
Importante, este consejo debe ser conformado por vecinos del barrio, por xalapeños y por el gobierno, para ahí determinar entre todos que queremos para esta fábrica.
—Creo que la primera lucha para proteger esta fábrica de que fuera un centro comercial o cayera en manos de Walmart o Chedraui se logró.
—Jorge, debo decirte que algunos vecinos lo quieren, porque necesitan el trabajo.
—Bueno, para concluir, ¿me estás diciendo que se necesita un consejo de vecinos para conformar un consejo de la fábrica?
—Sí, y los que se nieguen, ahí se verán sus verdaderos intereses.

Antonio, muchas gracias por tu tiempo.


Un Consejo para San Bruno.  (Tercera parte de 4)

En la segunda parte de esta serie sobre San Bruno se expuso la perspectiva de uno de los grupos, el que esta en posesión en este momento de la propiedad; en esta ocasión se abordará al que, desde su propia trinchera encuentra en los valores y tradiciones del Barrio de San Bruno los elementos suficientes para luchar por la recuperación de la Antigua Fábrica.
La cita en esta ocasión fue con Ignacio Lara y su esposa, Jose Montiel, siempre ha sido un gusto charlar con ellos, la plática fluye natural y espontánea, son personas con quienes se puede conversar por horas.
Además de encontrarme con el matrimonio Lara Montiel, nos acompañó Julio César de Jesús Vásquez, abogado, quien ha tenido la paciencia de recordarles siempre, que el mejor camino es la ley, que no existen atajos posibles, ni vías rápidas; él ha visto siempre por el respeto de la ley en estos interminables procesos burocráticos.
Todos en la mesa, acompañados por un café y con una charla informal como calentamiento verbal nos dispusimos a platicar del Barrio y su ex fábrica, de la división de los vecinos y de la ocupación del inmueble, de su suerte y su destino, pero sobre todo de sus intenciones y visiones.
—¿Ustedes, cómo se agrupan en asociación?
—La Asociación de Colonos del Barrio de San Bruno, A.C. surge por el interés de los vecinos y por el trabajo de divulgación de la historia del barrio que se ha realizado en los últimos años. Un logro importante es que, el 28 de agosto esté en el calendario cívico del municipio, se conmemora solemnemente en recuerdo a los mártires; además fuimos nosotros, como asociación, los que llamamos a los vecinos a salvaguardar la fábrica en abril de 2014.
—¿Cómo ven a la fábrica en este momento?
—Nosotros como Asociación de Colonos del Barrio de San Bruno pensamos que todo debe seguir el camino de la legalidad, que el inmueble debe pasar a la autoridad municipal. No podemos perder de vista que se trata de un inmueble federal y es por esta razón que en su momento le solicitamos a Américo Zúñiga, presidente municipal de Xalapa, que lo pidiera en donación al SAE (Servicio de Administración y Enajenación de Bienes), en ese momento nos respondió que él no se mandaba solo, que era indispensable la autorización del cabildo, así que giramos oficios a todos los regidores y les expusimos la importancia que representaba para la ciudad que el ayuntamiento solicitara la donación. Fue de esta manera que en reunión de cabildo, todos por unanimidad autorizaron al alcalde la solicitud de donación de la Fábrica de San Bruno al SAE.
—¿Cómo va el proceso de donación?
—Antes de eso, es importante mencionar que en un primer momento nosotros como Asociación solicitamos la donación del inmueble a la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público), teniendo como respuesta que ésta no podía realizar la donación a una persona física o moral, que tenía que ser por medio de la autoridad inmediata y eso fue lo que nos llevó a establecer contacto con el ayuntamiento y a realizar la salvaguarda del inmueble.
Ahora tenemos la documentación de que el inmueble está administrado por el SAE y que existe una solicitud de donación de parte del ayuntamiento. El alcalde lo expone como un logro de su administración, pero este es un proceso independiente y meramente administrativo, la fábrica fue embargada por el SAT (Sistema de Administración Tributaria), éste ante la imposibilidad de recuperar el crédito, lo envío al SAE para su administración. Es un mero proceso administrativo ajeno al ayuntamiento.
Nosotros hemos solicitado al ayuntamiento nos diga el estado que guarda este proceso y nos responden siempre lo mismo, se solicitó la donación y nada más, después de más de dos años no existe progreso y nadie parece estar a cargo.
—Supongo que una donación de esta naturaleza debe ser un proceso burocrático y complejo ¿Existe algún referente de la duración que pueda tener?
—Américo nos dice que no ha habido una donación de esta naturaleza, esta sería la primera del SAE a un ayuntamiento, pero que, gracias al apoyo del senador Pepe Yunes la fábrica ya no está en manos del SAT, ya se “logró” que ésta se encuentre en el SAE. Una tomada de pelo, como lo comentamos, se trata de un proceso independiente del ayuntamiento.
Ahora, en respuesta a tu pregunta, el tiempo depende del interés que le den las autoridades, es un proceso legal que requiere un seguimiento constante y en este caso simplemente parece que al ayuntamiento no le interesa.
—Entiendo que el proceso legal de donación se encuentra en los laberintos propios de la burocracia ¿Qué me dicen de la posesión actual de la fábrica?
—Como Asociación te podemos decir que el ayuntamiento permitió que los grupos crecieran y se apoderaran del inmueble. Acusamos al ayuntamiento de apoyar a diversos grupos que están en posesión de la fábrica; ante esto las autoridades simplemente voltean hacia otro lado, permitiendo vendimias, bailes, venta de alcohol, lucha libre, ferias con juegos mecánicos, espectáculos de moto cross y hasta de table dance. Cuando reclamamos estas acciones, Américo Zúñiga nos da la espalda, el ayuntamiento simplemente es permisivo. No podía ser de otra manera, algunos de estos grupos son sus amigos, siempre lo han apoyado con camiones para las campañas electorales.
Aunque, también reconocemos que no es del todo malo lo que le está pasando a la fábrica; pues de otra manera es posible que en este momento estuviera invadida por grupos de interés y de presión política ajenos al barrio. Cuando entramos a la fábrica para salvaguardarla, en el 2014, se nos acercó un líder de tianguistas y nos propuso ¿cuánto y cuándo quieren?, y nosotros los protegemos. ¿Te imaginas?, ahora estaríamos hablando de otra cosa muy diferente. Si como sociedad no coincidimos, esta propiedad no va a ser utilizada para los fines por los que estamos luchando. Es el marco perfecto para apropiarse de una propiedad de 30 mil metros cuadrados prácticamente en el centro de la ciudad, simplemente se ha corrido con suerte hasta el día de hoy.
En este momento, como Asociación, estamos fuera de la fábrica, pero en todo caso, en la lucha dentro de la ley.
En la última reunión que tuvimos con el ayuntamiento, se tocó el tema de la fábrica y el alcalde preguntó si estamos todos de acuerdo con la creación de un comité, le preguntó a cada uno de los grupos involucrados y le respondían que sí, hasta que nos preguntó a nosotros e Ignacio le dijo que sí, pero no así. Le dijimos que no es posible pretender la creación de un comité en la ilegalidad, es indispensable sanear todo antes, lo primero es poner en orden todo, Jorge, la ley es la ley.
—¿Cuál es su propuesta como Asociación?
—Hacer un plan de trabajo en conjunto, creemos en los puntos de coincidencia; todos queremos que sea un espacio útil para la sociedad, un lugar dedicado a la cultura y al deporte.
Tenemos que presentarle el proyecto al gobierno del estado, porque no puede estar ajeno a un problema social en gestación, es grave, es una situación que no ha presentado aún actos violentos, pero es latente en cualquier momento.
Creemos que es indispensable que un consejo establezca los límites y los usos autorizados mientras dure el proceso de donación y que en este consejo intervenga el gobierno del estado, el ayuntamiento y los vecinos.
No nos importa que exista lucro mientras el uso sea deportivo y cultural, el inmueble tiene que representar cohesión social para el barrio y las autoridades deben regular las actividades que se realicen, de otra manera la ilegalidad será la que impere.
—Estoy de acuerdo con ustedes, comité sí, pero no así; se debe establecer un consejo o comité que establezca reglas claras, pero que surja desde una plataforma de legalidad y reconocimiento por todas las partes involucradas.
—Así es Jorge, lo importante es sanear y recuperar el cauce de la ley, no ha habido certeza jurídica y debemos tocar otra puerta que es la del gobierno estatal, el ayuntamiento no ha sido competente y ha mostrado desinterés en el proceso de donación, además de que como te dijimos, parece que apoya a grupos que tienen intereses ajenos a los del barrio.
Además hacer un plan de trabajo serio, todos queremos que este espacio sea útil a la sociedad, al barrio y a la ciudad; es indispensable que trabajemos juntos con las autoridades.
Ya estamos cansados de la actual administración municipal, pero tenemos claro que el ayuntamiento es institucional y vendrán otros, este proceso tiene sus propios tiempos.
Queremos invitar a todos los candidatos, que nos escuchen y nos apoyen en nuestra lucha y no busquen los puntos que nos dividen como barrio, como la actual administración que nos culpa por no ponernos de acuerdo, como si no fuera una atribución de ellos la de lograr acuerdos, después de todo los políticos son ellos.
Gracias a todos por su tiempo, espero poder recoger claramente lo que me expusieron.


Un Consejo para San Bruno. (Cuarta parte de 4)

Estas últimas semanas he tenido oportunidad de repensar sobre el tema de la ex fábrica de San Bruno, me entrevisté con los grupos de vecinos que organizaron lo que ellos llaman el rescate de fábrica en abril de 2014 y creo, porque en estos asuntos no se puede tener certeza absoluta, cuento con un panorama mucho más claro de las visiones, intenciones y sobre todo de las coincidencias que mantienen.
En primer lugar, me parece que la intervención en Xalapa de espacios industriales en desuso cuenta con un antecedente interesante que nos permite definir las líneas de acción, además que, con base a estas experiencias, podemos proyectarlas al 2017 para evitar enfoques y políticas urbanas ya rebasadas.
El antecedente inmediato es el Paseo de los Lagos del Dique, se trató de un espacio recuperado para la ciudad que después de más de 40 años aún representa un proyecto realmente extraordinario en alcances y visión de ciudad. Un paseo urbano que enmarca de manera única a la Zona Universitaria y que con el paso del tiempo ha tomado su verdadera relevancia urbana.
El Paseo de los Lagos es una intervención que merece un estudio a profundidad desde distintas disciplinas: arquitectónica, urbana, social, ecológica, etc., con un simple diagnóstico, después de 40 años, puedo rescatar que faltó una vinculación con los residentes del barrio, una relación más estrecha con sus actividades y necesidades como grupo, además me parece que el espacio no contó con dotación de servicios y vinculación económica para que realmente fuera el detonante de un cambio real en la calidad de vida del barrio.
En el caso de la ex fábrica de San Bruno se cuenta como en los Lagos, hace 40 años, con un espacio adecuado para un proyecto de mejoramiento urbano de la ciudad en la zona poniente, que a la fecha mantiene un importante déficit de equipamiento cultural, deportivo y de servicios. Considerando la experiencia del Paseo de los Lagos, me parece que el caso de San Bruno es un excelente pretexto para que las autoridades vinculen y estrechen lazos con los habitantes del barrio y desarrollen un proyecto en el que se encuentren cubiertas, en lo posible, sus necesidades y requerimientos.
Lo que pude recoger en las entrevistas con los vecinos de San Bruno es que, a pesar de sus grandes diferencias, cuentan con enormes coincidencias las cuales no deben pasar desapercibidas por las autoridades municipales, es más, creo que alimentar la división entre los grupos de vecinos es un error, no encuentro el sentido de apoyar a grupos ajenos y con intereses distintos en este proyecto.
Además, el ayuntamiento debe de considerar nombrar a un verdadero conciliador que siempre privilegie el diálogo y el consenso con los vecinos dentro del marco que permita la Ley, de otra manera la política del “divide y vencerás” no enriquecerá el proyecto con una verdadera participación ciudadana, ya que prevalecerá el interés político, electoral y económico sobre los demás.
La autoridad municipal tiene la oportunidad de elaborar un verdadero proyecto de intervención urbana con participación ciudadana, en la que de establecerse los mecanismos necesarios, estoy convencido se podrá en primer lugar, dar sustento a la solicitud de donación al SAE (Sistema de Administración y Enajenación de Bienes) y en segundo término, enriquecerá el proyecto y podrá ser referente de este tipo de intervenciones urbanas en México.
Ahora, en lo que se refiere a los vecinos de San Bruno, me parece que crear un comité o consejo mientras se logra la donación del inmueble es una buena idea, éste deberá contar con representación del gobierno estatal, municipal, dependencias de cultura, INAH, Universidad Veracruzana y por supuesto los vecinos del barrio y xalapeños distinguidos.
Es claro que no se puede legitimar la ocupación del inmueble con la creación de éste, se tendrían que explorar las posibilidades legales y las responsabilidades que podrían tener. También y en esto estoy completamente de acuerdo con Ignacio Lara y Jose Montiel, no es posible la creación de un comité o consejo en las condiciones actuales en las que se encuentra el inmueble. Lo primero es ordenar en la medida de lo posible la ocupación ilegal con los actores que estén plenamente representados y con una asesoría legal establecer los alcances de éste. En este punto me gustaría insistir, este consejo o comité, sería mientras se obtiene la donación del SAE, para que se regule plenamente su utilización con usos permitidos y la salvaguarda del inmueble.
Los vecinos deben mantenerse unidos, privilegiar el diálogo y, sobre todo, tener claro que el inmueble en este momento se encuentra ocupado ilegalmente por ellos. Cualquier acción o actividad se tiene que hacer en la consciencia de los alcances legales que tenga, no es aconsejable realizar actividades que representen un riesgo tanto a las personas como al mismo inmueble, así como que no estén permitidas por la ley o representen un claro lucro sin un verdadero fin social.
Al tratarse de una propiedad federal no recae la figura jurídica de la prescripción positiva sobre la propiedad del inmueble, pero es claro que el uso genera derechos, sean legales o simplemente por costumbre; razón por la que con la finalidad de evitar problemas en un futuro, lo mejor es que los vecinos y las autoridades lleguen a acuerdos lo antes posible, para las mismas autoridades municipales sería una preocupación menos si los vecinos que ya lo están ocupando, hacen buen uso del inmueble y coadyuvan en su salvaguarda como patrimonio histórico de la ciudad.
Algunas áreas de la propiedad se encuentran invadidas ilegalmente, es momento que el mismo municipio o la autoridad competente se encargue del desalojo con la anuencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el mismo SAE, es indispensable mantener la integridad física de la propiedad.
Como una ruta paralela, mientras se trabaja en el consenso con los vecinos de San Bruno, se tiene que intensificar el proceso de solicitud de donación ante el SAE, ampliar la negociación con el gobierno del estado y solicitar el apoyo de senadores de la república, para este trámite pienso en la intervención de José Yunes Zorrilla como presidente de la Comisión de Hacienda en el senado.
Como conclusión, es importante que los vecinos tengan claro que la propiedad es federal y la donación tendrá que hacerse al municipio y que este proceso burocrático tiene sus propios tiempos, es muy importante coadyuvar con las autoridades para lograr este primer paso, ya después se hablará de los cómos y los cuándos, no tiene sentido discutir qué hacer con el inmueble mientras no se tenga plena certidumbre legal de su propiedad.
Quiero insistir, este inmueble no debe ser una mercancía de intereses de grupo, electorales, políticos o económicos; mientras el proceso de donación esté en curso el ayuntamiento debe de procurar su salvaguarda y el correcto uso que se le dé. Ya se encuentra ocupado ilegalmente, ahora se tienen que construir los mecanismos para ajustarla en lo posible en la legalidad; comité si, pero no así, lo primero es sanear y corregir dentro del marco de la Ley.
Todas las partes parecen coincidir en el uso que desean para la ex fábrica de San Bruno, los cómos y cuándos se deberán de ir resolviendo en un marco más formal y serio. Es hora de entender que la participación ciudadana no requiere de redentores o salvadores y que la misma ex fábrica tampoco, se requiere de ciudadanía organizada y decidida a un proyecto común, todo lo demás es grilla.




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