ESTEBAN CABRERA MIRANDA.
(1925-2014)
Esteban de Jesús Aparicio Rentería.
Sr. Esteban Cabrera Miranda. |
Esteban Cabrera Miranda, uno de los últimos obreros
pertenecientes a la vieja guardia de la Fábrica de San Bruno para orgullo de
nuestro barrio. Nacido en “La Bolsa de Diablo”, patio anexo a la fábrica
textilera un 2 de enero de 1925; falleció el día 21 de junio de 2014 a la edad
de 89 años.
Es en el año de 1941 cuando el joven Esteban Cabrera ingresa a trabajar en la antigua fábrica de hilados y tejidos de San
Bruno; tenía 16 años de edad. Se inicia como aprendiz en el departamento de Preparación de Hilados,
con un sueldo de $1.50 diarios.
Esteban Cabrera Miranda al lado de su padre, el Sr. Atanasio Cabrera. |
El 10 de junio de 1952 contrae nupcias con la compañera
de toda su vida, la Señorita Artemia Hernández Espinoza, con quien a la postre,
formó una de las familias más
representativas del barrio de San Bruno. De esta unión, nacieron Esteban, Magdalena, Julio y Carlos; fuentes de
inspiración y orgullo para el Sr. Esteban Cabrera.
Como buen vecino responsable y participativo, fungió en dos ocasiones como Agente Municipal de lo
que antes fue la congregación Andrés Montes (hoy San Bruno) .Durante su
trayectoria laboral que fue de 44 años, participó activamente en la Banda de Guerra, y tuvo una
destacada participación en el beisbol, donde resulto en varias ocasiones campeón
con el equipo de San Bruno. Como secretario de deportes se destacó promoviendo
el beisbol a nivel infantil y juvenil.
Equipo de beisbol San Bruno. Sr. Esteban Cabrera, hincado (segundo de izq. a der. ). |
El Sr. Esteban Cabrera Miranda se jubila de la fábrica de
hilados y tejidos el 2 de enero de 1985
a la edad de 60 años. El Barrio de San Bruno le rinde homenaje a quien formó
parte de nuestra historia. Honor a quien honró a sus mártires.
Aquellos Militantes.
Inocencio Castañares.
Enumerar su vida es fácil, recordar fechas tiene su
chiste, pero hilar los hechos ya es otra cosa. Apenas podemos desprendernos de
su imagen seguramente impulsada por ese dínamo que es su esposa, mujer
incansable, de una energía que seguimos envidiando los veinteañeros.
O bien, cómo no recordar su imagen plena de satisfacción
acompañando a sus hijos en su entrega deportiva, indiscutiblemente Esteban,
Julio y Carlos tienen un lugar, pero seguramente disfrutó en forma especial la
participación de una de las pioneras del futbol femenil en el barrio –Malena-.
Psu… estirpe de triunfadores nada más.
Familiar político de Heliodoro Hernández Trujillo, quien
fungiera como Secretario General del Sindicato, de quien ya nos hemos ocupado
en otras ocasiones, nos deja una enseñanza muy importante: no hace falta seguir
ideologías de moda, también cuenta encauzar toda la capacidad creadora pacífica
para alcanzar niveles de bienestar que trasciendan, que sean los pilares, los
cimientos en que se apoyen sus seres queridos, no tan sólo familiares cuyo
vínculo amoroso es innegable, sino también para aquellos que lo rodearon en un
estrecho círculo de entendimiento cuajado de realizaciones.
Al margen de lo anterior, su estabilidad emocional le dio
la fuerza para comprender que las metas oníricas inalcanzables, etéreas como
los ideales producto de las porquerías que se meten por salva sea la parte, son
para seres sin objetivos de progreso metidos en cartabones de rebeldía
insultante para la gente de razón, para la gente que tiene cierto que hay que
pedalearle para alcanzar el sustento diario.
Quienes lo conocimos le damos gracias al Dios de nuestros
padres por habernos concedido la dicha de haber disfrutado su compañía, de la
sabiduría que le dio el tesón, el trabajo, la cual prodigaba en el tema que uno
le inquiriera con la sencillez de una conversación cotidiana sin afectaciones
mesiánicas, pero eso sí certera, precisa. No era parco, pero su sonrisa no era
moneda de cambio.
Creo que San Bruno conoció las generaciones de los
antiguos, de los viejos, la de los jóvenes y la de los nuevos. Y a la distancia
nos sobrecoge la envidia, la ambición de saber cómo le hicieron esos viejos
para empujar el carrito de la historia en el mar turbulento de las vicisitudes
¡vaya hasta de cerrarse su fuente de trabajo! Sólo como una metáfora de la
desgracia para alcanzar un puerto firme, sin menoscabo del amor entrañable al
terruño, a este solar que sólo conoce de entrega fecunda.
A la naturaleza no se le regatea lo que es de ella. Descanse
en paz don Esteban.
Fotografías proporcionadas por la familia Cabrera Hernández.
como ustedes lo dicen "Quienes lo conocimos le damos gracias al Dios de nuestros padres por habernos concedido la dicha de haber disfrutado su compañía", pero sobre todo de sus enseñanzas y de su gran amor !!!... Te amo Abuelo, gracias por ser mi ejemplo de vida !!! .... Don Ignacio Lara, Esteban Aparicio, Inocencio Castañares mil gracias a nombre de mi Abuela y familia en general ...
ResponderEliminarNo tienes nada que agradecer. Que dios bendiga a toda tu familia.
ResponderEliminar¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre!.
Señores Esteban, Inocencio e Ignacio: quienes conocieron a mi padre saben que ustedes no mienten, que lo que escriben es un retrato breve de lo que fue mi padre: un ser humano excepcional que se brindó a quienes se le acercaron; ni hablar de lo que vivimos quienes tuvimos el privilegio de formar parte de su familia. Dicen que las personas mueren cuando se les olvida... éste no será el caso de mi padre gracias a quienes, como ustedes, comparten lo que saben de él.
ResponderEliminarMil, mil gracias!!!
Magdalena Cabrera Hertnández
Diría mi hija ""EL ABUELO ESTEBAN ES LINDO VERDAD MAMÁ!!!...Sin palabras! Imposible olvidar a tan maravilloso ser humano que con solo una caricia decía todo...
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